Música y lenguaje corporal. Este fue el escueto mensaje que escribimos en la invitación para el taller. A pesar del breve mensaje, recibimos una gran respuesta por parte de las familias, y fueron muchos los aitatxos y las amatxos que se acercaron curiosos junto con sus hijas a hijos.
La primera parte del taller consistió en compartir con los niños y niñas los instrumentos de percusión que construyeron los padres y madres, disfrutando juntos del ruido y del sonido. El estruendo y el bullicio se apoderaron del espacio, al igual que la intensidad del ritmo.
Tras poner a punto el cuerpo y el humor, subimos todos al área de 3 años…. Y llegó el momento de dejar que el cuerpo se expresara. Durante un buen rato tanto familias como niños y niñas y educadoras nos dejamos llevar por el ritmo y las distintas melodías propuestas: la vergüenza y el reparo inicial dieron paso a la diversión y a la alegría. Una sola palabra puede recoger el ambiente y la energía que creamos todos juntos: MAGIA. La pequeña semilla que plantamos entre todos al principio de este curso ha germinado a base de grandes dosis de confianza y cariño. Ayer compartimos juntos algunos de sus frutos.